BAFICI 2024: crítica de «school privada alfonsina storni», de Lucía Seles

BAFICI 2024: crítica de «school privada alfonsina storni», de Lucía Seles

por - cine, Críticas, Festivales
19 Abr, 2024 02:50 | Sin comentarios

En esta nueva comedia de la realizadora argentina, una nueva directora llega a un colegio privado poniendo a gran parte del personal en estado de alerta. En BAFICI.

Si bien esta película está por fuera de la saga «tenística» que conforma casi una línea narrativa propia dentro del cine de Lucía Seles, SCHOOL PRIVADA ALFONSINA STORNI mantiene bastante el formato de aquellas, solo que traslada esas disputas y enredos que tenían como centro a un club de tenis a una escuela que está atravesando una suerte de cambio de guardia, además de sumar muchos personajes y actores nuevos al repertorio.

El escenario es una escuela fuera de temporada de clases a la que llega una nueva directora (Mirta Busnelli) a mover piezas y personal de adentro. Sus modos un tanto extraños y bruscos –son muchos en el cine de Seles los que se comunican de modos «extraños y bruscos»– la alienan de buena parte del personal, al punto que varios de ellos, liderados por la profesora de inglés (Laura Nevole), planean algo así como un golpe palaciego para sacársela de encima.

Junto a ellos circulan varios personajes más. Está el simpático chileno (Ignacio Sánchez Mestre con un acento perfecto del país trasandino), el tipo que vende helados y tiene algún problema de salud (Pablo Ragoni), su hermana vice-directora despedida del cargo por la recién llegada (Gabriela Ditisheim), el encargado de seguridad (la propia Seles) y una batería de personajes nuevos que interpretan actores reconocidos que no son habitués del cine de Lucía, como Iair Said o Verónica Hassan, entre otros.

Entre todos ponen en movimiento las piezas clásicas del cine de la creadora de SMOG EN TU CORAZON: diálogos graciosos e inconexos, difíciles relaciones personales cargadas de celos e incomodidades varias, romances juveniles, paseos por ciudades (hay escenas filmadas en Capital, otras en Avellaneda, algunas en La Plata y otras en Chile, entre las que pude descular) y el clásico comentario paralelo que Seles agrega en su personal spanglish que es casi otra película aparte.

Al faltarle ese carácter de larga telenovela que tiene la otra saga –cada película de aquella es como un nuevo capítulo de una serie que seguimos hace tiempo y en la que conocemos las historias de cada uno de los personajes–, SCHOOL PRIVADA… no tiene de entrada la misma fuerza, pero de a poco el nuevo staff va dando a conocer sus (relativamente diferentes) personalidades y armando ese tipo de comunidades, de familias laborales queribles y disfuncionales, que parecen interesarle a la realizadora.

Hay algo del funcionamiento interno de una institución que es inherentemente gracioso en el cine de Seles ya que refleja las competencias, alegrías y miserias de un grupo de trabajo en lugares que no parecen caracterizarse por su extremo profesionalismo. Sus películas son como versiones poéticas y extravagantes de la serie THE OFFICE, con escenas que apuntan más a la generar un efecto de extrañeza y no necesariamente gags cómicos tradicionales. El chileno hablará de la seriedad de los cementerios y el color del candy, la profesora de inglés querrá aprender qué es eso de «salir con alguien», la que dará clases de música se especializará en diferencias entre «viola, violín y violoncello» y la catequista querrá demostrar, a quien quiera oírla, que por ser catequista no deja de ser mujer. Y así…

Discutir si podría ser más breve (sí, podría), si se repite (sí, un poco) o si se va demasiado por las ramas (sí, se va) es no terminar de entender del todo lo que es el cine para Seles. Puede gustar más o menos lo que propone, pero las suyas no son estrictamente películas en el sentido convencional del término, son acercamientos fascinados al mundo a través de una cámara que va adivinando sus peculiaridades a su paso, como quién descubre un modo de contar, un modo de mirar y hasta una hipótesis de lo que es el cine mientras avanza, tentativamente, con eso que llamamos filmografía.