Series: reseña de «Tierra de mujeres» («Land of Women»), de Ramón Campos, Gema R. Neira, Teresa Fernández-Valdés, Paula Fernández (Apple TV+)

Series: reseña de «Tierra de mujeres» («Land of Women»), de Ramón Campos, Gema R. Neira, Teresa Fernández-Valdés, Paula Fernández (Apple TV+)

Esta comedia se centra en una mujer estadounidense de ascendencia española que huye al pueblo catalán en el que nació su madre cuando es perseguida por mafiosos. Con Eva Longoria y Carmen Maura. En Apple TV+ desde el 26 de junio.

Una fantasía entre inocente, amable y políticamente correcta, una reversión en plan Instagram de aquellas películas de décadas pasadas que mostraban a personajes tensos, estresados y urbanos rindiéndose a los encantos de la vida en pueblos chicos llenos de personas peculiares, TIERRA DE MUJERES es una serie de una amable intrascendencia, tan pasajera como los vinos «accesibles» que la protagonista quiere hacer en un viñedo catalán. En su ñoño y globalizado modelo de «latinidad», por lo menos la serie tiene un innegable encanto, uno que le da su elenco, y una simpatía que trasciende su bobalicona trama.

Eva Longoria encarna a Gala, una neoyorquina de ascendencia latina (y un castellano aceptable más allá de un very american accent) que tiene dinero, una vida acomodada y se dedica a vender vinos. Tiene un marido empresario (James Purefoy), una hija adolescente trans llamada Kate (Victoria Bazúa), una borrachina madre española, Julia (Carmen Maura, a pura morisqueta), y todo parece andar muy bien, a su modo burgués progre acomodado. Pero todo se cae de un segundo a otro cuando Gala descubre que su marido está endeudado en 15 millones de dólares, que el tipo se ha fugado dejándola sin nada, que hay unos mafiosos que la buscan y que solo tiene a mano unos fajos de dólares escondidos.

¿Qué hace? Se pega los billetes al cuerpo –literalmente–, busca a su mamá y a su hija y se las lleva, con la excusa de vacacionar, al pueblo español del que Julia se fue décadas atrás y nunca volvió por motivos que se irán descifrando con el paso de los episodios. En un tono muy ampuloso de comedia de enredos, Gala se meterá en un problema tras otro, descubrirá que la casa de su madre ya no les pertenece, que Julia no se puede ni ver con su hermana, que en el pueblo todos las miran mal y que no tienen ni donde quedarse.

El más molesto con Gala es Amat (Santiago Cabrera), quien ocupa ahora la casa y se dedica a manejar una cooperativa de vecinas con las que hacen un vino que a Gala le parece horrible. Ella, como es estadounidense y no española, parece que sabe más de vinos que ellos. O, al menos, sabe cómo venderlos internacionalmente. Y a partir de allí las dos fuerzas enfrentadas empezarán a unirse, siempre y cuando no las encuentren antes los torpes mafiosos que las buscan.

Y eso, amigos, es más o menos lo que arranca contando esta serie de la que se estrenaron dos episodios de un total de seis, de la que podría ser la primera de varias temporadas. Inspirada en la novela TIERRA DE MUJERES, de Sandra Barneda –que en apariencia es muy distinta y mucho menos hollywoodense que la serie–, se trata de un producto amable, menor, que se sostiene más que nada por un excelente elenco (hay que sumar a Ariadna Gil a la mezcla) y por la convicción y garra que todos parecen ponerle al asunto.

Hay algo de la propia factura del producto que parece imitar la energía de Longoria, un ritmo casi de sitcom veloz, que pasa de la ligera violencia de una tensa situación entre locales y visitantes a una serie de enredos propios de la comedia más screwball: dinero que desaparece, problemas de «polleras», picardías adolescentes del pasado y vino, mucho vino, el supuestamente malo que toman y el «bueno» que esperan vender al resto del mundo. Un poco de MAMMA MIA!, otro de COMER, REZAR, AMAR y ya saben lo demás…

Una fantasía rural de esas que normalmente transcurren en la Toscana italiana o en la campiña francesa pero llevada esta vez al interior de Cataluña –con algún que otro momento hablado en catalán–, TIERRA DE MUJERES toca todos los tópicos del momento de la ficción global: ecología, feminismo, derechos trans, violencia de género, regreso a la naturaleza y preocupación ambiental. Son temas que valen la pena ser tocados, sin duda, pero aquí parecen puestos como quien tacha asuntos en una lista. Ni más ni menos que lo que muestra su trailer o lo que se adivina con tan solo ver algunas fotos, TIERRA DE MUJERES no decepcionará a los que confían en los materiales de promoción. Al menos esta vez, lo que se promete ahí se cumple.