Cannes 2024: crítica de «Lula», de Oliver Stone y Rob Wilson (Special Screening)

Cannes 2024: crítica de «Lula», de Oliver Stone y Rob Wilson (Special Screening)

por - cine, Críticas, Festivales
20 May, 2024 04:33 | Sin comentarios

Este documental sobre la vida de Lula se centra especialmente en sus presidencias y las controvertidas acusaciones posteriores que lo llevaron a la cárcel, hasta llegar a las elecciones que lo devolvieron al poder.

Periodística como un informe televisivo desprolijo y descuidado, más ocupado en las circunstancias recientes que en la historia de vida del personaje al que da título a la película, LULA no está a la altura del presidente de Brasil. Es un remedo armado pobremente con pedazos de entrevistas viejas (la última es anterior a su victoria en las elecciones de 2022), charlas con algunos otros especialistas en el tema Lava Jato, una breve historia de su vida hasta llegar a su presidencia y muy poco más. Un trabajo bastante indolente, poco creativo, que solo interesará a los que no conocen prácticamente nada de la historia de vida y la carrera del actual presidente brasileño.

Oliver Stone y su codirector Rob Wilson están más interesados en explicar el fenómeno Lula al público estadounidense y esa quizás sea la razón principal por la que el relato es tan básico y didáctico. Lo que llama la atención es lo descuidado que por momentos es: algunas entrevistas se hacen sin traducción instantánea obligando a escuchar parte de la traducción al aire, en escenarios no muy aptos para ese tipo de conversaciones y saltando de tema en tema sin mucha coherencia. Mi sensación es que no había una película sobre Lula y se terminó armando una a partir de su ajustado triunfo electoral de 2022 en función de una serie de materiales previamente grabados.

Lo más interesante tiene que ver con lo menos conocido: su infancia, su historia familiar, sus inicios en la actividad metalúrgica como operario y luego, casi sin quererlo, como dirigente sindical. Con muchos materiales tomados del clásico ABC DA GREVE, de Leon Hirszman, documental rodado durante las huelgas de fábricas de 1979 que él lideró desde el púlpito, LULA va mostrando su consolidación como líder en medio de la dictadura militar. Rápidamente se verán los años de fundación del PT (Partido de los Trabajadores), sus inicios en la política nacional y las varias elecciones que perdió como candidato presidencial.

El grueso del film pasará por sus dos períodos como presidente, años en los que Brasil mejoró económicamente muchísimo, y con la llegada de Dilma Rousseff a la presidencia, todo pasará a centrarse en las denuncias de corrupción: en el famoso Lava Jato, en la aparición del problemático Juez Moro, en las maniobras para condenarlo y luego, antes de las elecciones de 2018, encarcelarlo, para terminar con la llegada al poder de Jair Bolsonaro y de ahí saltar a las nuevas elecciones.

Todo eso, material conocido tanto por las noticias como visto en varios documentales brasileños, está contado con bastantes más detalles, si bien curiosamente no se menciona nada de lo que pasó en Brasil durante la pandemia ni con la toma del Planalto de parte de los seguidores de Bolsonaro luego de que perdiera las elecciones. Si bien es cierto que son temas más ligados a Bolsonaro que a Lula, son lo suficientemente importantes en el desarrollo de la historia reciente de Brasil como para dejarlos completamente de lado.

Otras manipulaciones de datos –la forma en la que se cuentan los porcentajes de las elecciones, informaciones ligadas a los hackeos y escuchas telefónicas que mostraron los arreglos de sectores del poder para condenar y encarcelar a Lula– no se corresponden exactamente con la realidad y tienen más que ver con la búsqueda de efecto del documental. Y algo parecido pasa con la omnipresente y exaltada música que acompaña todo el relato.

Lo mejor, lo valorable de la película, pasa por la mirada afectuosa, empática y amable que tiene con Lula, un hombre que llegó a la presidencia de Brasil tras incontables sacrificios y que fue maltratado durante muchos años por quitarles privilegios a las elites económicas de ese país. En este regreso políticamente más mesurado y, si se quiere, centrista –de eso tampoco se habla acá, lo que es lógico considerado que esta presidencia quedó afuera del registro–, quizás Lula ya no represente esa imagen de líder combativo de las imágenes en 16mm. de los años ’70, pero sigue siendo una de las figuras más relevantes de la política latinoamericana y uno que sigue sosteniendo las banderas de la justicia social.